La inteligencia artificial ha irrumpido con fuerza en la industria cinematográfica de Hollywood, transformando radicalmente los procesos de producción y postproducción. Esta tecnología emergente está modificando no solo la manera en que se crean las películas, sino también los recursos humanos y técnicos necesarios para su realización, generando tanto oportunidades como controversias en el seno de la meca del cine.
Películas recientes como "El Brutalista" ejemplifican el potencial de la IA en la recreación de escenarios históricos arquitectónicos de la Segunda Guerra Mundial, así como en la modificación digital de voces para que actores puedan "hablar" idiomas que desconocen. Otro caso destacado es "Alien Romulus", donde mediante inteligencia artificial se logró recrear digitalmente al fallecido actor Ian Holm, quien interpretó al personaje Ash en la película original de 1979, utilizando imágenes y audios de sus apariciones previas.
La principal diferencia entre la IA y los efectos especiales tradicionales radica en la autonomía del proceso creativo. Mientras que antes se requerían equipos numerosos dedicados a CGI manual, modelado 3D y captura de movimiento, ahora la inteligencia artificial puede generar imágenes y animaciones de forma autónoma sin necesidad de diseñarlas cuadro por cuadro, además de permitir modificaciones significativas en postproducción sin necesidad de regrabar escenas.
Esta revolución tecnológica está impactando seriamente en diversos ámbitos laborales de Hollywood. Por ejemplo la IA permite replicar la voz de los actores en diferentes idiomas manteniendo el timbre propio del intérprete.
Una preocupación creciente es el uso no autorizado de imágenes de actores mediante IA, incluso después de su fallecimiento. Esta situación generó una histórica huelga de actores y guionistas en 2023, quienes exigieron protecciones legales para evitar que los estudios utilizaran sus imágenes o voces sin consentimiento explícito, así como regulaciones sobre el uso de IA en la creación de guiones y personajes.
Como resultado de las protestas, se lograron acuerdos importantes, como la creación de comités de supervisión de IA en la industria y la obligación de que los estudios capaciten a sus trabajadores en estas nuevas tecnologías, fomentando la adaptación en lugar del reemplazo. Estos avances representan un primer paso hacia una coexistencia más equilibrada entre innovación tecnológica y protección laboral.
A pesar de los temores, la IA también presenta potenciales beneficios para la industria cinematográfica. Si se implementa adecuadamente, podría complementar el trabajo humano en lugar de sustituirlo, agilizando procesos de producción y edición, reduciendo costos y generando nuevos perfiles profesionales como supervisores de IA o diseñadores de producción asistidos por inteligencia artificial.
El cine se encuentra ante una disyuntiva histórica: aprovechar el potencial innovador de la IA sin perder la esencia humana que ha caracterizado al séptimo arte desde sus inicios. El equilibrio entre el avance tecnológico y la protección de los trabajadores del sector será clave para determinar cómo evolucionará la industria cinematográfica en las próximas décadas, en un escenario donde la línea entre lo humano y lo artificial se desdibuja cada vez más.
Información de la nota tomada de la charla de Sebastián Di Domenica en Canal E
Link al video:
https://youtu.be/dIE5irwlaNk?si=3IMhgflgfk_y0Lk0